"Ella era una perra muy normal. Pasó de ser un corriente animal. A ser una estrella mundial". Así cantaba el grupo Mecano a la perra Laika y su aventura espacial.
Este 3 de noviembre se cumplen 66 años del lanzamiento, en 1957, del can. El primer ser vivo enviado al cosmos en la nave Suptnik 2.
Laika fue encontrada como una perra callejera vagando por las calles de Moscú. Los científicos soviéticos optaron por utilizar perros callejeros de Moscú ya que se asumía que estos animales ya habían aprendido a soportar las condiciones extremas de frío y de hambre.
La cabina presurizada del Sputnik 2 le permitía a Laika estar acostada o en pie y estaba acolchada. Un sistema regenerador de aire le proveía de oxígeno; la comida y el agua se encontraba en forma de gelatina.
Laika estaba sujeta con un arnés, una bolsa recogía los excrementos, y unos electrodos monitorizaban las señales vitales.
Un primer informe telemétrico temprano indicó que Laika estaba agitada tras alcanzar el espacio pero comía. No había posibilidad de retorno a la Tierra, por eso se planeó sacrificarla después de 10 días en órbita.
Sin embargo, en octubre de 2002 se reveló por fuentes rusas que Laika había muerto tras su cuarta órbita debido al sobrecalentamiento y el estrés.
La misión suministró a los científicos los primeros datos del comportamiento de un organismo vivo en el medio espacial.