Un híbrido de coche y avión, algo que hasta hace poco parecía un sueño salido de la ciencia ficción, se ha hecho realidad con la empresa eslovaca Aeromobil, que ha ofertado una primera serie de 500 unidades del Aeromobil 4.0.
"Este vehículo entrará en plena producción en los próximos años y esperamos hacer las primeras entregas en 2020", declaró a Efe Stefan Vadocz, portavoz de la compañía.
"Empezamos con mercados de la Unión Europea que tienen el marco regulador de EASA (Agencia Europea de Seguridad Aérea), y después seguiremos con los EEUU y otros mercados globales", matizó Vadocz.
Sujeto a esas regulaciones, la empresa Aeromobil cuenta con que su innovador vehículo biplaza pueda usar las infraestructuras ya existentes para aeroplanos de aviación general.
Se trata de "pequeños aeropuertos, franjas de hierba, aeródromos o cualquier otro punto legal para remontar el vuelo", aclara el portavoz.
Con las alas plegadas el Aeromobil puede circular como cualquier vehículo terrestre por la carretera -con un permiso de conducir- mientras que desplegadas sólo podría despegar y aterrizar desde puntos habilitados para avionetas y se necesitaría una licencia de piloto.
La empresa eslovaca quiere satisfacer las necesidades de un nicho de mercado del transporte de personas que necesitan desplazarse entre localidades de media distancia sin tener que sufrir los atascos ni las obras en las autopistas.
"Está inspirado en el deseo de dar a los clientes verdadera libertad de movimiento en un vehículo que es al mismo tiempo extraordinario y muy excitante, a la vez que eficiente", señala Vadocz.
Esa libertad de movimiento no estará, sin embargo, al alcance de todos los bolsillos, ya que el precio de salida del nuevo vehículo será de entre 1,2 y 1,5 millones de euros y las reservas ya se pueden hacer en la web de la empresa: www.aeromobil.com
Cuando tiene las alas plegadas, el Aeromobil 4.0 mide 5,9 metros de largo y 2,2 de ancho, mientas que al extender las alas su envergadura alcanza 8,8 metros.
A efectos de comparación, un coche tipo gran berlina mide unos cinco metros de largo y hasta dos de ancho.
El Aeromobil 4.0 pesa poco más de 700 kilos y tiene un motor turbo de combustión de cuatro cilindros, con un depósito de 90 litros de gasolina de 95 octanos, que le da una autonomía de 700 kilómetros por carretera y 750 kilómetros en el aire.
En la carretera, el coche, de aspecto deportivo, tiene un sistema de tracción eléctrico en las ruedas delanteras, y puede llegar a circular a 160 kilómetros por hora (Km/h).
En el modo de vuelo, el motor turbo ofrece una potencia de 224 kW, y permite una velocidad de crucero (Vc) de 259 km/h y una máxima velocidad (VD) de 360 km/h.
Ha sido largo el recorrido emprendido por el ingeniero y piloto eslovaco Stefan Klein, que empezó a diseñar este artefacto en un pequeño garaje en la década de los años 90 del siglo pasado, hasta que en 2010 presentó con su socio, Juraj Vaculik, el modelo Aeromobil 2.5.
En mayo de 2015 Klein probaba el prototipo experimental 3.0 y cuando volaba a 300 metros de altura sobre la localidad de Nitra tuvo que activar el paracaídas del coche y aterrizar con él en la cabina, sin que sufriera daños serios.
La empresa empezaba a acaparar la atención internacional, con la presentación del vehículo en la Exposición Mundial de Milán de 2015 y al ganar el premio que la revista "Popular Science" otorga al invento del año.
El modelo que empieza a comercializarse es la versión 4.0, que ya no tiene en su equipo de lanzamiento al fundador Klein, y que es un proyecto liderado por Vaculik junto al ingeniero mecánico británico Douglas MacAndrew, que trabajó en Land Rover y McLaren.