Este verano la demanda de coches de alquiler supera la oferta, lo que está elevando los precios mientras las compañías se las ingenian para buscar estrategias que les permitan ampliar su flota.
Desde comprar vehículos usados (incluso importados) hasta utilizar coches con una cifra de kilómetros sensiblemente superior a la habitual, pasando por lanzar servicio de alquiler de motos en las islas para compensar la falta de flota de automóviles; las empresas se están abriendo a todo tipo de soluciones para afrontar el período estival.
Por 200 euros al día
Esta situación está provocando además el aumento de precio de los vehículos de alquiler. "Los precios están "disparados. Estamos alquilando vehículos normales a 200 euros el día, una locura. En verano suelen subir los precios, pero lo de este año está siendo increíble", comenta uno de los trabajadores de una de las principales empresas del sector.
Entre mayo y septiembre se concentra "más del 60 % de la facturación global" del sector, explica igualmente el presidente de la Federación Nacional Empresarial de Alquiler de Vehículos con y sin conductor (Feneval), Juan Luis Barahona, quien precisa que el "pico de demanda" provoca que para algunas compañías el porcentaje pueda incluso superar el 70 %.
"Va a ser un verano con una falta de coches importante, y eso va a repercutir en la experiencia del turista", alerta Barahona, que recuerda que ya en 2021 faltaron coches pese a que entonces la recuperación del turismo fue mucho más tenue que en este 2022.
En ese sentido, recalca, "tenemos mucha más demanda que el año pasado y sin embargo contamos con menos automóviles". Según sus datos, las empresas de "rent a car" en España suelen ofrecer unos 820.000 vehículos para alquilar normalmente, mientras que este verano la cifra rondará el medio millón (un 40 % menos).
La mala experiencia del turista
El negocio del alquiler de coches guarda una relación directa con el turismo, por lo que la covid-19 sacudió los cimientos del negocio y lo puso contra las cuerdas; de hecho, un gigante global como Hertz acabó por ejemplo en concurso de acreedores.
"Las compañías tuvieron que vender los coches para sobrevivir", explica Barahona, quien precisa, no obstante, que es habitual desprenderse de una parte de la flota durante el año para ajustarse a la demanda.El regreso de los turistas ha coincidido con la crisis de semiconductores y los problemas de los fabricantes de vehículos para producir, lo que ha derivado en importantes retrasos para entregar coches nuevos a los clientes.
De acuerdo con el responsable patronal, las empresas del sector están recibiendo menos vehículos nuevos porque los fabricantes están priorizando servir a particulares.
"Esto nos ha pillado con las compañías con flotas más pequeñas porque vendieron durante la pandemia. Si le sumas la subida de costes, el aumento de precios de los talleres, que el precio de los coches nuevos también ha subido...", resume Barahona, quien habla de un ejercicio difícil pese a la mejora del turismo.
También alerta de que la experiencia del visitante extranjero en España puede empeorar. "Pasa mucho en las islas, por ejemplo: Si quieres conocerlas y no puedes alquilar, acabas teniendo que recurrir a un transporte público, que está desbordado. El coche de alquiler te da libertad para moverte, lo que ayuda también a distribuir la riqueza entre un pueblo y otro".