Los médicos forenses han ratificado ante la jueza de Arganda del Rey que la tía política del actor Luis Lorenzo no murió envenenada por el matrimonio, avalando la teoría de que los metales hallados en su cuerpo respondían a una redistribución por un trasvase 'post mortem'.
A instancias de la Audiencia Provincial de Madrid, la jueza había citado esta mañana a los forenses para ampliar el informe pericial en el que determinaron que no existían datos objetivos que permitieran afirmar que María Isabel murió envenenada y para que profundizaran sobre si los fármacos que se le suministraron pudieron acelerar el deterioro de sus facultades.
La Audiencia de Madrid ordenó hace unos meses que los médicos forenses fueran citados por el Juzgado para que a presencia de las partes ratifican los informes, con la finalidad de "aclarar, ampliar o modificar los mismos".
En dicha pericia, los expertos concluyeron que, a pesar de haberse encontrado importantes cantidades de cadmio y manganeso en el análisis de sangre de la fallecida, "no existían datos objetivos de intoxicación aguda por cadmio o manganeso".
En su comparecencia, los forenses han descartado una posible intoxicación y se han apoyado en un artículo publicado en Estados Unidos sobre la alta acumulación de cadmio por un trasvase 'post mortem'.
De igual modo, los expertos han indicado que la pauta médica respecto a la mujer estaba bien llevada así como los fármacos que le suministraron los médicos conforme a sus dolencias.
La jueza dictó un auto por el que concluía la causa sin especificar el delito, por lo que la resolución fue impugnada por el abogado de la defensa y de la acusación particular.
DENUNCIA DEL HERMANO DE LA VÍCTIMA
La pareja fue investigada por la Guardia Civil a raíz de una denuncia del hermano de la víctima, por no poder comunicarse con María Isabel, ni saber nada de ella, desde que fue trasladada a Madrid por la pareja.
Tras conocerse los resultados de la autopsia de la anciana, con el hallazgo de elevadas cantidades de metales pesados en su sangre, la pareja fue detenida e investigada por el posible asesinato de María Isabel para hacerse con su herencia. La familia esgrimió que cuando estaba en la localidad de Grado (Asturias) no tenía ninguna patología salvo una sordera y cataratas.
En el auto por el que la jueza cerraba la investigación, exponía que de las diligencias se desprende la existencia de indicios racionales de criminalidad que permiten imputar a Luis Lorenzo, a Arancha Palomino y a una cuidadora diversos hechos punibles.
El relato arranca el 8 de marzo de 2022 cuando el matrimonio se desplazó a Grado con el objetivo de recoger de su domicilio a la tía materna de Arancha con la idea de que se instalara definitivamente en Madrid.
Según la jueza, María Isabel, de 85 años, "gozaba de autonomía para vivir sola y realizar pequeños viajes en tren a Madrid, sin necesidad de asistencia". Además de una importante sordera y cataratas, se le detectó un episodio de demencia el 4 septiembre por los servicios sanitarios madrileños.
Llama la atención de la jueza que durante doce años, la mujer acudiera catorce veces a consultas médicas de Asturias por diversas causas, mientras que en los cuatro meses que estuvo en Madrid hasta su muerte lo hiciera catorce veces por "razón del deterioro impresionado".
La sanidad madrileña le diagnosticó deterioro cognitivo neurodegenerativo y parkisonismo con alteración conductual, y prescripción de antidepresivos antipsicóticos. En junio del 2021, fue valorada en consulta de neurología del Hospital Ramón y Cajal, con diagnóstico de demencia degenerativa primaria tipo enfermedad de Alzheimer.
"AISLADA E INCOMUNICADA"
Desde su llegada a Madrid hasta el día de su fallecimiento (28 de junio del 2021), el matrimonio, "actuando de común acuerdo y con ánimo de lucro, mantuvo a María Isabel en su domicilio de Rivas Vaciamadrid, aislada e incomunicada de todos sus familiares, con la intención de facilitarse el control económico de su patrimonio".
Pese a que el 22 de abril de 2021, según el auto, se detectara por los servicios sanitarios de Asturias "problema social por aislamiento", mantuvieron el escenario de incomunicación y dependencia del matrimonio.
Aprovechando su deterioro, "el matrimonio dispuso del dinero de la cuenta corriente de ésta, simulando un uso en favor de la enferma, cuando en realidad se destinaba a servicios personales, que nada tenían que ver con los intereses y necesidades que iban surgiendo debido al avance de su deterioro".