Más de 700.000 firmas en el Congreso para endurecer las penas a conductores borrachos o drogados
Familiares de víctimas de accidentes de tráfico han registrado las rúbricas en el Congreso para elevar la pena máxima por matar a otra persona como consecuencia de una imprudencia grave
REDACCIÓN / AGENCIAS
Familiares de 10 víctimas de siniestros de tráfico registraron este martes en el Congreso de los Diputados más de 700.000 firmas recogidas en diferentes peticiones para solicitar penas más duras por conducir bajo los efectos del alcohol y/o de las drogas.
Los familiares destacaron antes de entrar en el Congreso que no están vinculados a ningún partido político y que lo que les mueve es "el dolor más intenso" por la pérdida de sus seres queridos por "la violencia vial". Su objetivo es que se eleve la pena máxima por matar a otra persona como consecuencia de una imprudencia grave al volante, como las que provocaron las muertes de sus seres queridos.
Por ejemplo, Iván tenía 15 años cuando murió arrollado por un conductor que había consumido drogas y alcohol. Leire contaba con cinco años cuando un conductor que cuadruplicaba la tasa de alcoholemia se la llevó por delante en un paso de cebra y la mató.
"El 6 de junio de 2021 iban cinco chicos montados en un coche y volvían a casa en Argamasilla de Alba (Ciudad Real) tras comer una pizza. Se cruzó en su camino un kamikaze, un chico de 22 años que iba drogado y bebido, y con exceso de velocidad a 140 km/h en una vía por la que no se puede circular a más de 30. Dio un golpe lateral en el coche y murieron tres en el acto. Las otras dos chicas quedaron muy graves. Pedimos que se cambie el Código Penal para que este tipo de delitos tenga una pena fuerte", comentaba uno de los familiares afectados, Iván Fernández.
"Que se haga justicia"
Otro caso es el de Loli, madre de Marquitos, que murió tras una semana en el hospital en marzo del año pasado después de haber sido arrollado por una conductora borracha en Olvera (Cádiz). "El salió a las 9.30 con su motocicleta a comprar unas chuches y la conductora dio 0,46 a las tres horas en la prueba de alcohol. Pedimos que se haga justicia. La conductora está tan tranquila, no la han juzgado ni detenido, y a mi niño me lo han quitado con 15 años, en la flor de su vida", recalcó.
“Un desalmado arrebató la vida de mi querido hijo Iván, que tenía 15 años”, explica María José Jiménez Cebrián, antes de añadir: “Le mató porque conducía habiendo consumido cocaína, alcohol y psicotrópicos, y a una velocidad que triplicaba la máxima permitida. La pena máxima que contempla nuestro Código Penal para este individuo es de cuatro años de prisión”, lamentó.
Laura Herrera, cuya hermana falleció dejando huérfana a una niña de dos años, subraya: "Se te para el tiempo. Y en ese desgarro piensas que ha sido un accidente. Pero no, en nuestro caso no fue así: los conductores iban ebrios, drogados o ambas cosas a la vez. No son accidentes. Son muertes evitables".