Agentes de la Policía Nacional de Sevilla han liberado a 21 víctimas de explotación laboral en el ámbito agrícola y han detenido a 15 responsables de presunta trata de seres humanos, miembros de una red criminal integrada por dos clanes familiares.
Según las pesquisas, los acusados "no permitían a las víctimas beber ni comer durante la jornada laboral, pese a las altas temperaturas y al trabajo físico que debían realizar" en el campo. Incluso tenían que buscar comida en la basura cuando podían para poder alimentarse, según los investigadores.
Una de las víctimas, menor de edad, estaba embarazada y sufrió un aborto debido a la explotación a la que era sometida.
Otra de las víctimas se desmayó en un supermercado y los implicados la arrastraron por el suelo para sacarla de allí rápidamente bajo amenazas. Además, otra persona, fruto de la desesperación, se precipitó por la ventana del lugar donde la recluían para intentar huir, produciéndose graves lesiones.
La actuación policial, fruto de una investigación promovida durante un año y medio, se inició al tener conocimiento de la existencia de varias víctimas de trata de seres humanos en la localidad de Brenes, en Sevilla, a las que explotaban para el trabajo agrícola.
Los integrantes de la organización criminal captaban en sus países de origen a las víctimas, de nacionalidad moldava y rumana, a través de anuncios y de redes sociales donde ofertaban trabajo en España.
Una vez en Sevilla, miembros de la organización les llevaban hasta las localidades de Brenes y Cantillana, donde les alojaban en viviendas ocupadas bajo condiciones infrahumanas.
Durante la investigación se han llevado a cabo siete entradas y registros en las localidades sevillanas de Brenes y Cantillana. Es la segunda operación policial en la localidad sevillana de Brenes en menos de un año por hechos similares