En cualquiera de sus presentaciones, blanco, negro o crujiente, o en cualquiera de sus estados, en polvo, a la taza o helado, el chocolate engancha y seduce a quienes lo consumen habitualmente. Hasta ahora se oía hablar de su poder revitalizante e incluso afrodisiado. De hecho son muchos los jóvenes y curiosamente los japoneses quienes lo consumen por este motivo tal y como reconoce Nadia Soriano, dependienta del establecimiento Cacao Sampaka en la madrileña calle Orellana.
Lo que ahora se ha certificado es el efecto saludable en las enfermedades cardiovasculares. EL chocolate es bueno para el corazón. Asi lo atestigua una investigación de la Universidad de Cambridge que acaba de publicar el British Medical Journal según la cual las propiedades antioxidantes y antiinflamatorias del cacao reducen la presión arterial y mejoran la sensibilidad de la insulina. A 100.000 pacientes con y sin riesgos cardiovasculares se les suministró chocolate en diferentes cantidades. A los que más habín ingerido se les detectó una reducción de un 37 por ciento en el riesgo de padecer una enfermedad cardiovascular y de un 29 por ciento de sufrir un ataque cardiaco. Pero los autores de la investigación advierten que estos resultados hay que tomarlos con cautela porque el chocolate es un producto con elevado nivel calórico (unas 500 calorías por cada 100 gramos) . Tanto las grasas como el azúcar del chocolate puede inclinar la balanza a agravar las enfermedades cardiacas, a aumentar la obesidad, y a empeorar patologías como la diabetes según afirma Vanessa Quintado, nutricionista del Hospital Quirón de Madrid.
El chocolate tiene una influencia positiva en la salud humana pero como en todo, si se consume con moderación y en el contexto de una dieta rica en otros nutrientes, sana y equilibrada. Lo aconsejable es no tomar más de 20 gramos al día y escoger aquel chocolate con alto contenido en cacao y bajo en azúcar. Si es así, el corazón será un placer para el corazón.