"Estuve pasándolo mal desde noviembre hasta hace poco que supe que no le dejan salir de prisión", declara Ana. El debate acerca de las revisiones de condenas con la ley del 'solo sí es sí' ha sido "un sufrimiento añadido" para ella como víctima.
"El estrés postraumático complejo de las víctimas de abuso sexual no se va con una pastilla y convivimos con ello de por vida. La ley del 'solo sí es sí' conllevó que se disparase mi trauma", explica.
"He tenido más miedo, pesadillas, miedo a que salga y se acerque a mis hijos, etc.", expresa Ana, "los políticos no son conscientes del daño que nos están haciendo".
En el caso de Ana, sufrió los abusos de su padre durante años, siendo menor de edad, y recibió amenazas y ningún apoyo de su madre y su hermano: "La gran mayoría de agresiones sexuales, más del 85%, ocurren en la propia familia".
"Yo intenté denunciar con 15 años en Oviedo y nadie me creyó". Finalmente, Ana demostró las violaciones de su padre grabando una conversación con él en la que el agresor lo admitía y "fue una pieza clave en mi juicio".
Ana, como otras víctimas de agresión sexual, está "pendiente" de las novedades acerca de la rectificación de la ley del 'solo sí es sí'. La aplicación actual de dicha ley es irreversible y no se podrán retocar los cientos de revisiones de condenas y excarcelaciones ya ejecutadas, con más de 500 agresores beneficiados. Las nuevas condenas serán aplicables a los que delincan a partir de ese momento.