Tras la segunda tanda de explosiones en aparatos electrónicos de miembros de Hezbolá, los expertos en seguridad y en inteligencia hablan de que lo está ocurriendo en Líbano es algo inédito.
Y es que se trata de una infiltración masiva que vuelve a poner la mirada en los servicios secretos de Israel en el extranjero, los conocidos como el Mosad.
En un primer lugar se habló de que estos dispositivos electrónicos fueron hackeados para hacerlos explotar pero, según los expertos, estos aparatos tuvieron que ser interceptados en algún momento de la cadena de distribución y manipulados con carga explosiva para, más tarde, hacerlos detonar.
En 120 Minutos hemos hablado con José Jiménez, criminalista forense, que cree que los manipularon antes de distribuirlos porque, detalla, “si estuviésemos ante un malware que hiciera esto, sería la ruina absoluta del mundo entero, que Israel se vería asumida en un odio, que ya de por sí lo tiene, a nivel mundial, porque el temor que despertaría sería tremendo”.
“Bajo mi punto de vista han puesto unas cargas por eso ahora hay más muertos, ¿por qué? porque han hecho estallar los ‘walkies’ cuyas baterías son mucho más grandes por lo que si en los buscar entran 10 gramos, en los walkie-talkies entran entre 30 y 40 gramos de explosivo plástico por lo que ha sido una operación a nivel militar increíble sentando un precedente”, nos ha explicado Jiménez.
Lo más preocupante de estas explosiones es la cantidad de víctimas que han dejado debido a que son dispositivos electrónicos que se llevan pegados al cuerpo: “veinte gramos de explosivo plástico atraviesa un centímetro de acero”.