En la primera quincena de agosto, la Policía Nacional ha detenido a treinta y tres ladrones por robos en domicilios previamente marcados. Los malhechores usaban métodos como silicona o pegamento para confirmar que las viviendas estaban vacías. Aún así, el número de robos ha bajado comparado con 2019, en torno a un 20% menos de robos.
El robo de viviendas se vuelve más frecuente durante el verano por las ausencias vacacionales y, en el caso de Madrid, existen bandas criminales y mafias internacionales que llegan a la capital específicamente en verano para entrar en viviendas. Ante ello, se recomienda cerrar siempre con llave, no subir fotos a redes sociales hasta regresar a casa, aparentar que la casa no está vacía con dispositivos en remoto para encender luces, dejar ropa tendida o pedir a un familiar que nos recoja la correspondencia del buzón.
Investigaciones recientes demuestran que el perfil de los ladrones de casas ha cambiado y ahora son delincuentes de edades cada vez más avanzadas y sin antecedentes, que van en busca de joyas y dinero en efectivo. Utilizan todo tipo de técnicas como pegamento en las puertas, pero también seguimiento a sus víctimas. Las viviendas deshabitadas son clave porque son más fáciles de robar y porque las penas por entrar son menores.
Llama la atención el perfil de este “nuevo ladrón” que viene a España, especialmente desde mafias georgianas, a participar en golpes con un papel secundario de vigilancia o de guardar los objetos robados.Los ladrones explican que en sus países de origen tienen una vida común con sueldos muy bajos y se unen a estos golpes de verano para conseguir dinero.
En el caso de las mafias croatas, suelen ser mujeres las que dan los golpes y los hombres trabajan en la logística y transporte. En el caso de otras bandas, suelen ser los hombres y se están especializando en técnicas más avanzadas para localizar víctimas y controlar sus rutinas.