Bajando por el Arco de Cuchilleros, camino de la calle Toledo, sorprende ver al fondo a una veintena de personas haciendo fila bajo el toldo de una tienda: Cordelería-Alpargatería Casa Hernanz. Una tienda abierta desde el siglo XIX especializada en este calzado que ofrece a distintos precios. Pero en la cola se observa mucha gente internacional: japoneses, italianos, ingleses… y es que la tienda llegó a salir en un artículo del ‘The New York Times’.
Las alpargatas están hechas de yute, antiguamente se hacían con cáñamo, un material importado de Bangladés e India a través del Reino Unido que luego se trenza artesanalmente. Se urde a mano, pero el cosido es mecánico con moldes. Las fábricas de suela se acumulan en la zona de Elche, donde son expertos en calzado. Aquí, en Casa Hernanz, se hace el acabado final, entre el que está el arte final de las telas, que traen de La Rioja o Murcia, excepto en modelos exclusivos, más de moda, que esos vienen ya acabados después de alcanzar convenios con las marcas.
“La corresponsal vivía en la Cava Baja, y se sorprendió de la cola. Lo publicó y se notó muchísimo”. Ahora no es raro el día que no aparezca algún cliente que quiere o ser socio o abrir una franquicia en “Miami o Nueva York”, explican los dueños, que siempre las rechazan educadamente: “Estamos bien como estamos”.