Con el objetivo de lograr un impacto en los pacientes con cáncer, investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) pusieron en marcha hace tres años RENACER, el primer repositorio mundial de muestras vivas de metástasis cerebral, que ayudará a aplicar a cada paciente la terapia más efectiva en su caso.
Sus creadores, los investigadores del CNIO Manuel Valiente, jefe del Grupo de Metástasis Cerebral, y Eva Ortega-Paíno, directora del Biobanco, exponen en la revista 'Trends in Cancer' las ventajas de la colección, llamada RENACER -acrónimo de Red Nacional de Metástasis Cerebral-, que en solo tres años ha reunido muestras de más de 150 pacientes.
Su gran peculiaridad, y lo que convierte a RENACER en una herramienta valiosa para la comunidad científica internacional, es que las muestras se conservan vivas, en cultivos en los que las células siguen comportándose de manera similar a como lo hacían en el organismo.
En 18 hospitales españoles, cuando un paciente con metástasis cerebral es intervenido quirúrgicamente, puede donar una pequeña parte de su cerebro. "Hemos construido un biobanco vivo", escriben Valiente y Ortega-Paíno. Y esta característica puede ser "transformadora no sólo para la investigación, sino también para el diseño de ensayos clínicos, especialmente cuando se centran en necesidades clínicas no cubiertas, como la metástasis cerebral".
Que las células estén vivas permite, por ejemplo, estudiar su respuesta ante fármacos específicos. RENACER abre la posibilidad de crear avatares de cada paciente, para identificar las mejores opciones terapéuticas de manera personalizada. "Ya se han firmado contratos de investigación para explotar cultivos organotípicos derivados de pacientes como avatares, para generar biomarcadores de sensibilidad o resistencia a fármacos específicos", explican los autores.
El requisito de que las muestras estén vivas no es fácil de cumplir, ya que exige un despliegue logístico sofisticado. Las muestras salen del quirófano en un contenedor especial, en su medio de cultivo a entre 4 y 8 grados centígrados. En menos de 24 horas deben llegar al Biobanco del CNIO, en Madrid, donde se procesan, se realizan los cultivos organotípicos, y se dividen en partes alícuotas que se almacenan como muestras para futuras investigaciones.
También se las analiza con diversas técnicas y se las secuencia, para extraer de ellas la mayor cantidad posible de información. Todos los datos se introducen en una base de datos abierta a la comunidad científica internacional.
Los hospitales de RENACER trabajan en red para trasladar los resultados de investigación a los pacientes lo más rápido posible. De hecho, gracias a esta red ya hay dos ensayos clínicos en marcha, que determinarán la capacidad de dos biomarcadores para discriminar los casos en que será efectiva la radioterapia -una técnica con efectos secundarios-.
Esta iniciativa recibe financiación de la Fundación Ramón Areces a través del proyecto 'Red Nacional de etástasis Cerebral: Implantación, Desarrollo y Coordinación'. Precisamente, este lunes se celebra la III Asamblea de RENACER en la Fundación Ramón Areces.