¿Por qué tenemos tantos problemas con las matemáticas? ¿Se trata de una dificultad intrínseca en los alumnos o de una enseñanza mal enfocada que no permite apreciarlas? Según expertos, la clave está en la formación de los profesores que imparten esta materia, ya que más de la mitad no son graduados en matemáticas, lo que incide directamente en la calidad educativa.
Julio Rodríguez Taboada, presidente de la Federación Española de Sociedades de Profesores de Matemáticas, defiende que "todo el mundo vale para las matemáticas". Según sus palabras: "Está claro que todos podemos tener un talento natural para algo o una querencia hacia algo. Lo que más nos gusta, al final también nos motiva más, somos más curiosos en ese tema… Eso no quiere decir que haya gente que no valga, eso no es verdad. Todo el mundo vale para las matemáticas". Sin embargo, recalca que uno de los grandes problemas es quién está a cargo de enseñar la asignatura.
En muchos casos, especialmente en la Educación Secundaria, quienes imparten matemáticas no son matemáticos de formación, sino profesionales de otras disciplinas como arquitectura o física. "No tiene la misma visión de las matemáticas un arquitecto que un matemático, o un economista que un matemático. Eso se traslada a la hora de ejercer la docencia", subraya Taboada. Esta falta de especialización afecta negativamente a la enseñanza, ya que, como afirma el experto, "una cosa es saber matemáticas y otra es saber enseñar matemáticas". La clave, añade, es ser consciente de cómo se aprenden las matemáticas y qué metodologías y recursos existen para enseñar la materia de manera efectiva.
Un problema estructural
La escasez de profesores especializados en matemáticas no es un problema nuevo. Según un informe elaborado por el Comité Español de Matemáticas (Cemat) y que recoge el medio El País; el decreciente número de graduados que eligen la docencia como opción profesional ha dejado vacíos que otros profesionales de las ciencias están cubriendo. El informe, elaborado a petición del Ministerio de Educación, destaca la falta de preparación y el bajo nivel de profundización en matemáticas que se exige a los futuros maestros, lo que también contribuye a este déficit.
El informe PISA revela que solo el 48% de los profesores de matemáticas en España tienen formación específica en esta disciplina, una cifra considerablemente baja en comparación con otros países europeos como Estonia (65%) o Irlanda (70%). El fenómeno no es exclusivo de España, pero la situación en el país está empeorando, ya que cada vez más graduados en matemáticas prefieren carreras en sectores como las finanzas, donde las oportunidades laborales son más atractivas y mejor remuneradas.
