Correr con una mala técnica o una desacertada elección del calzado, a diferencia de caminar, puede llevarnos a la consulta del fisioterapeuta especializado. Los expertos explican cómo poder evitar las dolencias antes de verse en la tesitura de gastarse hasta 1.000 euros en curar, por ejemplo, la rodilla.
Quique Torralba, fisioterapeuta especializado en deporte, ubica la principal problemática del running en su popularidad: “Se ha puesto de moda. No está mal que la gente haga ejercicio, pero cuando se populariza es como si la gente se pusiera objetivos que no son realistas. La carrera es un deporte muy agresivo para el cuerpo”, dice.
Tanto Torralba como todos los demás especialistas consultados han notado un incremento de estas lesiones, sobre todo en la rodilla, unas dolencias que dependiendo del tipo y la intensidad pueden llegar a persistir meses y hacer que el paciente se desembolse más de 1.000 euros en su rehabilitación.
Las causas son mismas en todos los casos: sobresalen una mala alineación de los cuádriceps debido a una musculatura deficitaria, la falta de estiramiento y entrenamientos excesivos.
Las lesiones, por otra parte, pueden ser bastante dolorosas al afectar a una zona del cuerpo indispensable para el normal funcionamiento del organismo en el día a día. “La tendinitis infrarrotuliana es una de las más comunes. Se debe a la inflación del tendón situado bajo la rótula, conocida como la rodilla del saltador; y también llegan muchas patas de ganso”, comenta Torralba. Esta última dolencia mencionada se denomina así debido a la inflamación que puede aparecer en tres tendones estabilizadores que, cuando aparecen, dejan una imagen como si una huella de ganso se tratara.
La reina de las lesiones, en cambio, es la cintilla iliotibial, una dolencia ubicada en la cara externa de la rodilla, conocida como rodilla del corredor. “Esta lesión tiene la agravante de que se ubica en una zona que ya de por sí tiene fricción, y cuando esta aumenta por la lesión puede convertirse en una dolencia muy incapacitante y que suele costar bastante solucionar”, apunta al respecto el fisioterapeuta. Quien la sufre puede tardar meses en recuperarse.
Otra muy común es la tendinopatía rotuliana, que se materializa en un dolor ubicado en la cara anterior de la rodilla, justo debajo de la rótula, causado por un incremento repentino de la carga. En caso de necesitar tratamiento, este comienza con la búsqueda de factores de riesgo como una mala programación de la carga, no tener los niveles de fuerza suficientes o una mala movilidad del tobillo, por ejemplo. “Luego pasaríamos a técnicas pasivas para relajar el tejido afectado y disminuir el dolor, activas para ejercitarlos y aumentar su fuerza, y la modificación de la carga en el entrenamiento”, añade este experto en la materia.
Las zapatillas, factor esencial
No todas las personas corren de la misma manera, por eso lo ideal es acudir a un especialista que pueda medir la pisada y tener en cuenta factores como si el deportista corre más de puntillas o carga más por la parte del talón. Miguel Muñoz-Piqueras, especialista en podología, explica que “una zapatilla con un alto precio puede ser buena, pero cada persona tiene una biomecánica distinta y necesita un tipo de calzado distinto”. Hay que evitar las zapatillas de “pronador o supinador” y “buscar una zapatilla neutra”. “Si tenemos una patología hay que arreglarlo con una plantilla hecha a medida”.