“Los registros oficiales, como el de la Comunidad de Madrid, no miden adecuadamente el fenómeno, ni de lejos”. Así de contundentes se han mostrado desde la Federación Regional de Asociaciones Vecinales de Madrid (Fravm) en la presentación de su informe sobre la proliferación de viviendas de uso turístico (VUT) en la ciudad.
Elaborado por el urbanista Vicente Pérez Quintana, el documento cifra en 21.239 este tipo de inmuebles, según el proyecto de investigación Inside Airbnb. Según el INE, el número alcanzaría las 13.502. Así, la Comunidad de Madrid acumula al menos 6.000 pisos turísticos más que Barcelona y triplica los existentes en Málaga, Sevilla o Valencia.
De ese volumen, el distrito Centro acumula prácticamente la mitad de las VUT de la capital: 6768 según Inside Airbnb y 6229 de acuerdo al INE. Le sigue, a mucha distancia, Salamanca (937 en los cálculos de Inside Airbnb frente a los 917 que estima el INE). interiores a la M-30. En cambio, los más periféricos, como Villa de Vallecas, Vicálvaro o Barajas, disponen de volúmenes muy reducidos, inferiores al 1%.
Pérez Quintana ha criticado que “las plataformas de comercialización de las VUT no ofrecen datos, sino que se mueven de manera opaca”. Según el censo de la vivienda, en 2021 había en Madrid 1.533.221 viviendas. La densidad de las VUT sobre el parque total supone, por tanto, apenas un 0,88%, tomando el volumen de viviendas turísticas que ofrece el INE. En general, el peso de las VUT es inferior al 1% en todos los distritos.
La excepción la constituye Centro, con un 7%.
Número de viviendas turísticas en cada barrio administrativo de Madrid, con una clara concentración en el interior de la M-30.
“El 7%, ¿es poco? ¿es mucho? Es muchísimo, pues supone una retirada del mercado del alquiler residencial enorme. Si en lugar de medir la densidad sobre el parque total, se acota al parque de viviendas no principales (vacías y segundas residencias), el peso de las VUT en Centro se dispara al 35%, más de un tercio”, señala Pérez Quintana en su estudio.
Por su parte, Adolfo Meras, presidente de Madrid Aloja, defiende que tenemos el mismo número de viviendas de 2007, cuando no se hablaba de gentrificación, y sobre el ruido asegura que "sus datos de control de ruido son irrisorios".