Visitamos dos establecimientos de la capital que han elevado el helado a la categoría de arte. Los de Rocambolesc llevan el sello de la calidad y la creatividad de Jordi Roca. El más vendido, curiosamente es un pan relleno de helado que se sirve caliente.
Por otro lado, vamos a la heladería más antigua de Madrid que comercializa 108 variedades artesanas, con sabores tan poco habituales como el de queso mascarpone con albahaca.