Alquilar la piscina privada de nuestra casa o finca para obtener unos ingresos extras durante los meses de verano se ha convertido en una tendencia en auge, demandada sobre todo por familias o grupos de amigos.
Una práctica basada en la economía colaborativa y donde los propietarios pueden rentabilizar sus piscinas con hasta 8.000 euros por temporada.
Ya se han creado incluso plataformas de contratación como Swimmy, una especie de Airbnb pero para piscinas. En España ya disponen de 500 anuncios y este año esperan alcanzar las 40.000 reservas.
Una alternativa de ocio que permite a sus usuarios disfrutar de un relajado día en familia o con amigos, celebrar cumpleaños, despedidas de soltero, comuniones, bodas, bautizos, clases de natación privadas o simplemente ir a nadar.
En algunos casos incluso se permite alquilar la piscina por horas sueltas.