Antonio Chaves era ujier del Congreso de los Diputados cuando el golpe de Estado de aquel 23-F de hace 40 años. Fue testigo directo de la entrada de Tejero y de la conversación que luego mantuvo Adolfo Suárez con el teniente coronel de la Guardia Civil.
Chaves cuenta a Buenos Días Madrid cómo vivió esos momentos de tensión. Estaba justo en el pasillo del Hemiciclo cuando vio entrar a Tejero y a los guardias civiles que venían con él. “Recuerdo –dice a Buenos Días Madrid- una detonación muy fuerte y vi que venía una tropa con armas. Entré y dije viene gente con armas. Mi intención fue salir por las escaleras de arriba para huir de ahí, instinto de conservación, y cuando iba por la mitad se oyó la voz de quietos ahí, me giré y cuando vi la cara de Tejero pues ya intuí por donde iba la cosa”.
Agresión y disparos en el Hemiciclo
“Bajé al centro del Hemiciclo, ahí de pie –recuerda- fue el momento en que se levantó Gutiérrez Mellado y empezaron a agredirlo, oí los disparos y me tuve que tirar en el centro, en la media luna, al lado de la mesa de los taquígrafos que ahí nos caían los cascotes, era un horror”.
Dice que uno de los momentos peores fue el forcejeo entre Tejero y Gutiérrez Mellado. Chaves también fue testigo de otro de los momentos más tensos que fue cuando Adolfo Suárez exigió hablar con Tejero y salieron del Hemiciclo. El ujier estuvo con ellos.
“Aprovechando que tenía el uniforme yo recorrí todo el Congreso para tomar nota de lo que estaba pasando. Una de las veces, cuando volví a entrar en el Hemiciclo fue cuando Suárez se levantó del escaño y pedía hablar con el responsable. Yo me encuentro con él y justo detrás de mí entraba Tejero también. Entonces nos encontramos los tres al lado de una puerta que da a la “M-30”, o sea al pasillo de circunvalación, y yo dije: presidente ahí hay un cuarto, y entramos ahí”.
Súarez, Tejero y las órdenes de Milans
“Estaba Tejero, Suárez y un guardia civil al fondo, pero Tejero le mandó marcharse, cerró la puerta y me quedé yo –rememora- A mí me dijo que me fuera, pero yo en ese momento, no sé, me quedé. Y ahí hubo un diálogo entre los dos en el que Suárez, con una dignidad increíble, pues le ordenó a Tejero que parase antes de que ocurriese nada. Le decía “como presidente del Gobierno le ordeno..” Y el otro decía “tu ya no eres presidente de nadie”. Quién hay detrás, que yo quiero hablar, le preguntaba Suárez. Y Tejero le decía “estamos todos y sólo obedezco órdenes del general. Le preguntó Suárez qué general y Tejero dijo “Milans”, y es la primera vez que escuché ese nombre”.
“Hubo muchísima tensión –relata- en un momento determinado Suárez le volvió a decir “yo le ordeno” y Tejero dijo “usted se calla y se sienta”. A mí me miró de mala manera y me dijo “Fuera, márchese”. Y ahí es cuando ya me salí”.