El rey Felipe VI ha animado a España y Suecia a seguir trabajando juntos para construir una Europa "fuerte, democrática, próspera y justa", más próxima a los ciudadanos y que "no deje a nadie atrás", en especial a los más vulnerables.
El rey, acompañado por la reina Letizia, transmitió este mensaje durante la cena de gala que les ofrecieron los reyes de Suecia Carlos Gustavo y Silvia en el Palacio Real de Estocolmo con motivo de su histórica visita de Estado al país escandinavo, la primera de un monarca español desde la que protagonizaron los reyes Juan Carlos y Sofía en 1979.
Al término del convite, ambos monarcas pronunciaron en inglés sendos discursos en los que mostraron su convencimiento del potencial que tienen las relaciones entre España y Suecia en campos como el empresarial, la innovación, la sostenibilidad o la lucha contra el cambio climático.
Felipe de Borbón enfatizó que España y Suecia, a pesar de la distancia geográfica, "estén unidas por los valores y principios democráticos" que están en la base del proyecto europeo.
"Estamos orgullosos de nuestras instituciones, basadas en el Estado de derecho y en sociedades inclusivas, donde los derechos humanos se protegen y hay igualdad de oportunidades, sin tener en cuenta diferencias sociales, económicas o de género", subrayó el monarca, quien estuvo flanqueado en la cena por la reina Silvia y la princesa heredera Victoria.
España y Suecia, prosiguió Felipe VI, cuentan con otros denominadores comunes, como su compromiso con la paz mundial y el multilateralismo como "principal vía para conseguir soluciones efectivas y duraderas" a los desafíos del actual contexto internacional, como la emergencia climática o la pandemia.
Felipe VI dedicó también su atención a ensalzar los lazos humanos, "la columna vertebral" de la relación bilateral durante décadas, "por encima de los políticos y económicos".
Entre ellos, destacó el turismo y agradeció a los ciudadanos suecos su apuesta por España desde hace décadas para pasar sus vacaciones o tener segundas residencias.
"No hay mejor ocasión para agradecer a los suecos su confianza y afecto depositados en España y para expresar la esperanza de que mi país siga siendo su primera elección cuando viajen al extranjero", añadió el rey, quien recordó que el primer vuelo de turistas del país escandinavo a las Islas Canarias fue en 1957.
No obstante, precisó que el interés de los suecos por lo ibérico no se limita a sus playas, sus monumentos, sus paisajes o su gastronomía, sino también a la lengua española, que ha pasado a ser el idioma extranjero más estudiado después del inglés.
El monarca sueco compartió su deseo de aprovechar la oportunidad de trabajar unidos ante retos como la transición energética o la innovación.
Don Felipe y doña Letizia completarán este jueves, su estancia en Estocolmo, donde volverán a encontrarse con la familia real sueca en un almuerzo en el Ayuntamiento de la capital y en la recepción de despedida.