Tras verse sin fuerzas para publicitar otro de sus libros el pasado octubre, Huerta ha contado su situación actual: "Como la vida son momentos de felicidad y de fracasos, en esa gráfica que vas haciendo, ahora estoy estable, y eso me parece que ya es un logro."
Y es que escribir su último libro le ha servido como terapia para superar su mala época personal tras renunciar a su cargo como ministro, tan sólo una semana después de haber comenzado.
En la entrevista también se ha referido a su dimisión: "Fueron de los momentos más duros de mi vida. Pedí quedarme solo en el despacho" -aunque no se arrepiente- "Vi que esa era la vida y que había hecho bien."
Su época más dura
Confiesa que se siente dolido por las calificaciones que algunos medios han tenido con él, así como por los prejuicios, lo que le han hecho tener que protegerse más: "me he puesto una coraza, yo no tenía."
Por otro lado, esta época le ha servido para darse cuenta de quiénes son las personas más leales a él: "Yo sabía quiénes eran mis amigos, pero sí hay quien ya no voy a volver a llamar. Pero no porque yo sea rencoroso, sino por que tengo memoria."
En algunos momentos incluso tuvo miedo de salir a la calle: "Me costó volver a Madrid" y no se avergüenza en decir que ha estado recibiendo apoyo médico.
El lado bueno de las cosas
También ha contado que, tras su dimisión, ha comenzado un cambio en él: "Me gusta hacer muchas cosas, me he apuntado a mil cosas de las que me he cansado y luego he querido hacer otras. Pero ahora he descubierto que soy más paciente".
En este tiempo se ha estado refugiando en la escritura, la pintura y sus familiares y amigos: "He visto la firmeza de mis amigos, la buena familia que tengo".
Por último, a pesar de los acontecimientos vividos, ante la pregunta de si volvería a ejercer como ministro, Huerta responde: "A mí me llenaba de ilusión hacerlo, y esa ilusión no la he perdido".