Sonriente ante la prensa y con un porte que hipnotiza, Sharon Stone, a sus 61 años, no necesita la sofisticación para brillar: le basta con un smoking y el cabello recogido para demostrar que su belleza sigue siendo envidiable.
Pero, ¿tiene algún truco? “Creo que es algo que tiene que salir de dentro de uno mismo, buscar la alegría y la felicidad”, ha asegurado.
Una felicidad que no le ha llegado por sí sola. La actriz consiguió el papel que la catapultó a la fama tan solo después de que lo rechazaran actrices como Julia Roberts, Meg Ryan o Kim Basinger.
Además, en plena cima de su carrera profesional, sufrió un ictus del que sobrevivió de puro milagro. Dos años después, la celebrity se divorció de su segundo marido y perdió la custodia de uno de sus tres hijos adoptivos.
Por lo que no cabe duda de que Sharon es todo un ejemplo de éxito.