De momento, tras la gesta de Bordalás, que llegó al Getafe a falta de siete partidos y en puestos de descenso, ha generado una ilusión en la afición que puede ser efímera. Todos quieren que el héroe de la salvación siga en el club. Sin embargo, su continuidad será complicada. Después de su salida del Valencia, ya rechazó ofertas del extranjero y regresó al Getafe para hacer un favor a su presidente y amigo Ángel Torres.
Bordalás se jugó mucho con su apuesta. Podía añadir a su inmaculado currículum una salvación, pero también un descenso. Al final, se llevó el gato al agua y es uno de los triunfadores del último tramo del curso. Sus victorias ante el Celta (1-0), Osasuna (2-1) y el Betis (0-1), más los empates ante el Elche (1-1) y el Valladolid (0-0), dieron los puntos necesarios al Getafe para lograr la permanencia.
Una vez cumplida su misión, y salvo sorpresa, lo más seguro es que Bordalás, con mejor caché tras su gesta, acepte alguna de las ofertas que tiene para entrenar fuera de España. Y mientras decide, Ángel Torres, públicamente, deseó que su entrenador siga en el cargo.
"Es como un hermano. Hicimos buena relación en las anteriores temporadas. Ahora, cuando le llamé, había que estar loco para coger a un equipo siete jornadas antes estando en descenso. Posiblemente, como máximo responsable me he equivocado demasiado y tengo que corregir muchas cosas y seguir adelante. Vamos a ver si con Bordalás, si va a seguir el próximo año, que espero que sí, y a empezar a trabajar para hacer un nuevo proyecto", dijo Torres.
En una entrevista con la Cadena SER, el entrenador ha admitido que "soy feliz en Getafe, pero mi idea es entrenar a un equipo más ambicioso". Si Bordalás no continúa, Torres deberá dar un giro de timón.