Catar quiere hacer historia. De momento lo ha conseguido al organizar el Mundial de fútbol más atípico nunca antes celebrado.
Atípico porque será el primero que no se dispute en verano. Imposible jugar al fútbol con 50 grados centígrados. El partido inaugural se jugará el 21 de noviembre. La final, el 18 de diciembre. Un mes en el que las Ligas y las competiciones europeas pararán para mayor gloria de la FIFA.
Gianni Infantino, presidente de la FIFA, ha observado desde el aire el milagro catarí. El desierto convertido en ocho estadios espectaculares. Construidos en tiempo récord. A costa de 6.500 muertes de trabajdores que este miéroles hicieron visibles los jugadores de la Selección de Noruega en su partido contra Gibraltar.
Derechos humanos al margen, Noruega y el resto de las selecciones luchan para estar en Catar. Para viajar a la nación más pequeña que ha albergado una Copa del Mundo. Un país del tamaño de la región de Murcia, con apenas dos millones de habitantes. Poderoso caballero...