Novak Djokovic afronta el match ball más amargo. Por segunda vez le han cancelado el visado por motivos de salud y orden público, según el comunicado del Ministro de Inmigración australiano, lo que implicaría una orden de deportación para el tenista serbio, cuyo bufete de abogados la ha parado presentando una apelación.
Una vista de emergencia este viernes presidida por el mismo juez que le dio la razón a Djokovic el pasado lunes, tras la primera anulación de su visado.
Este sábado será detenido e interrogado por las autoridades de inmigración, que podrían deportarle el domingo.
Si Djokovic finalmente no juega el torneo, el ruso Andréi Rublev, cabeza de serie número cinco, ocuparía su lugar en lo más alto del cuadro, y podría ser el hipotético rival de Rafa Nadal en semifinales.
Si la exclusión de Djokovic, nueve veces ganador del Open de Australia, se produce una vez fijado el orden de juego, su lugar lo ocuparía un tenista que haya perdido en la fase previa. Nadal, que ha jugado cinco finales en Melbourne, conquistó el Abierto de Australia en 2009 derrotando a Federer.