Carlos Alcaraz llegó concentrado y serio. Él ya sabía que algo no iba bien. Empezó el partido con mucho más desgaste físico que el canadiense Auger-Aliassime, porque el tenista murciano había llevado sus dos encuentros anteriores a los cinco sets. Y además tenía molestias en la pierna izquierda.
El canadiense se llevó la primera manga gracias a su potente saque y moviendo de lado a lado al español. Aun así Carlos resistió y celebraba cada punto con rabia.
Pero Alcaraz no tenía la fuerza de las jornadas anteriores y su servicio no fue tan efectivo. Ferrero, su entrenador se preocupaba en la grada y con 2-1 en el segundo set tuvo que entrar el fisio y Alcaraz decidió retirarse.
Se marcha de Nueva York, ovacionado, habiendo escrito una página de la historia y 17 puestos más arriba en el ranking de la ATP.