La pilota española de motos Laia Sanz, trece veces campeona del mundo de trial y cinco de enduro, viajó al Dakar con cerca de 150 kilos de equipaje para afrontar, a partir del 6 de enero próximo, el rally más duro del mundo, en el que ha sido siete veces la primera mujer clasificada.
La barcelonesa, novena en la clasificación absoluta en 2015, competirá por novena vez en el Dakar, que en esta edición se disputará íntegramente en Perú, y a tal efecto pondrá rumbo a Lima con todo el material necesario: monos, botas, cascos, gafas y otros artículos imprescindibles para afrontar esta aventura.
150 kilos
Su equipaje pesa unos 150 kilos, sin incluir el material que cada equipo oficial envía en barco meses antes a la sede del rally. En ese peso figura toda la ropa que utilizará durante la prueba, incluyendo aquella de la que dispondrá cuando llegue al campamento tras cada etapa.
Se llevará también la tablet y un libro para el largo viaje; un secador que, más allá de perseguir una finalidad puramente estética, en este caso tiene otro objetivo: "Es importante que me seque el pelo después de la ducha para evitar problemas musculares, especialmente en el cuello, donde he sufrido varias tortícolis por este motivo", explica Laia en un comunicado del equipo Red Bull.
Chaleco con airbag
No es el único elemento 'extraño' en la mochila de la piloto española: a pesar de los pares de botas con los que viaja, de nada le servirían a Laia si olvidara incluir en su equipaje unas plantillas. "Sufrí una lesión en el pie izquierdo y me resultaría imposible competir, estar horas y horas de pie encima de la moto, sin las plantillas. Las botas me harían demasiado daño", comenta.
Entre las novedades, Laia vestirá este año un chaleco de protección que incorpora airbag, un sistema ya implantado en la velocidad, pero inédito en el off road.