El Staples Center vivió su primer partido tras la irreparable pérdida del legendario exjugador de Los Angeles Lakers, Kobe Bryant, mostrando, como antes hizo toda la NBA, lo grande que fue para ellos y el mundo del baloncesto.
Fue un noche especial a la que le faltó el broche final, la victoria, lo que más deseaba siempre la Mamba Negra cada vez que estaba en un campo de juego.
El triunfo se lo quedó, con todo merecimiento, los Trail Blazers porque tuvieron en el base Damian Lillard a la gran figura del choque por sus 48 puntos y por saber controlar las emociones y las lágrimas que estuvieron durante todo el partido a flor de piel.
Ambos equipos participaron en un homenaje conmovedor a Kobe antes del inicio del partido, que incluyó canciones, vídeos con acciones destacadas del ya mito angelino y un emocionante discurso de la nueva superestrella de los Lakers, que llegó para ocupar el puesto de la Mamba Negra, el alero LeBron James.
Lo más destacado de la carrera de Bryant fue el leitmotiv en la pantalla de vídeo del campo en cada descanso, mientras que Lillard fue el que puso la mejor exhibición encestadora y el espectáculo deportivo.
Los siete triples de Lillard le permitieron establecer un nuevo récord en la NBA al sumar 40 en sus últimos cinco partidos, un registro que pasó prácticamente desapercibido porque la noche fue exclusivamente en memoria y homenaje a Bryant.