Luka Modric dirige el coro y la orquesta madridista con la maestría de los grandes. Nunca es tarde para disfrutar. Los 36 años le sientan bien a un jugador que mejora con el tiempo.
No se pone fecha de caducidad y la sonrisa de la tranquilidad del que se siente seguro de sí mismo. De esos futbolistas a los que es difícil echarle algo en cara.
Modric es admirado por propios y extraños. Es, partido a partido, uno de los principales protagonistas de este Real Madrid de los milagros en Liga de Campeones, de la regularidad en LaLiga. Cómo no van a querer a Luka Modric.