Thierry Feuteu, más conocido como Tití, no oculta su alegría por haber debutado con la selección española de rugby.
"Ha sido un honor y una cosa increíble, pero también ha sido una forma de dar las gracias a toda esta gente que me acogió en España", señala.
Su alegría está más que justificada porque su camino para llegar a la élite del rugby no ha sido nada fácil pese a su espectacular físico, 184 centímetros y 114 kilos de músculo.
Nacido en Camerún hace 23 años. Al principio quería ser futbolista: "Allí, en Camerún, todos los niños quieren ser Samuel Etoo, todos sueñan con jugar al fútbol".
Pero un compañero suyo le sugirió que probara con el rugby: "Me llevó y vi, lo primero, una pelota rara. Creía que era fútbol americano porque no conocía el rugby".
Como se le daba bien y en su país se suspendieron las competiciones, un amigo le convenció para que jugara en la liga de Marruecos, pero era un señuelo. El verdadero destino de Tití era España.
El 28 de mayo del 2014 fue el día que le cambió la vida. Tenía por entonces 18 años cuando saltó la valla de Melilla y consiguió entrar en España, pero para ello necesitó de hasta tres intentos.
Tras cuatro meses en un centro de inmigrantes, llegó a Miraflores de la Sierra, donde se buscó un equipo de rugby. Ahí sufrió un gran susto: "De repente llegan cinco policías, yo siendo ilegal, sin papeles, pensaba que me iban a detener, pero lo que querían era que jugase en un equipo de la Policía".
Entre todos le ayudaron a conseguir los papeles y a probar con el Sanitas Alcobendas. Tras varias temporadas en el equipo, este año ha alcanzado su mejor juego. Ahora lo que quiere es enfundarse la camiseta de la selección española, pero siendo ciudadano español.