Después de siete partidos en blanco sin marcar, Antoine Griezmann se reencontró con el gol en la victoria (2-0) del Atlético de Madrid contra el Girona.
Estaba a punto de igualar su peor racha histórica, pero le salvó el descuento. Se quedó solo ante el portero del Villarreal y no le afectó la presión. Definió con clase y seguridad. Gol número 19, fin a la mala racha y patada al aire de rabia y alivio.
Hasta el minuto 90 las dudas sobre su rendimiento comenzaron a florar entre los aficionados, lo que nunca ha ocurrido con su entrenador, Diego Simeone.
"Puede pasar que un futbolista que hace siempre goles tenga una etapa donde no pueda marcar. Es importante para él y para el equipo volver a encontrarse con el gol, aparte de la calidad con la que terminó definiendo. Creo que habla por sí solo el futbolista que es. Siguió con la misma tranquilidad de siempre insistiendo", destacó Simeone.
La afición rojiblanca cambió las críticas al delantero francés por alabanzas. Griezmann pasó de villano a héroe en un minuto.