No hace falta un terreno de juego. No necesitan césped ni siquiera botas, tan solo un balón, una docena de sillas y su talento natural.
25 toques, el balón no cae y se completa el juego. En algún lugar de África, los niños disfrutan del fútbol en su esencia más pura. Diversión y trabajo en equipo.
Carlos rompe barreras
Se llama Carlos Eduardo de Campos. Besa con cariño el balón, y lo deposita con mimo; antes de exhibir su gran golpeo con la zurda. Esta imagen suma casi tres millones de me gusta en Instagram. Carlos vive en Sao Paulo.
Casi recién nacido, una medicación errónea le dejó en estado semi vegetativo. Los médicos pronosticaron que nunca caminaría. Pero ahora la lucha de Carlos le ha permitido superar las barreras: y dejarnos como regalo el gol más hermoso del mundo.