Cuenta la leyenda que al final del arcoíris, los duendes dejan un caldero lleno de monedas de oro. Pero, ¿alguna vez te has preguntado cómo se forma este fenómeno tan mágico?
En realidad, el arcoíris se produce por el choque de los rayos del sol, situado delante de nosotros, contra una cortina de lluvia que está detrás de nosotros. Es un espectáculo natural impresionante que no solo nos asombra, sino que también tiene una función útil.
Por ejemplo, el arcoíris nos permite orientarnos en el campo. Si lo vemos al amanecer, está en el oeste; si lo vemos al anochecer, está en el este.
Además, aunque se le llama arco, en realidad es un círculo completo. Sin embargo, el horizonte solo nos permite ver la mitad.