La primavera ha traído consigo temperaturas muy peculiares en algunos puntos del planeta. Estos cambios de estación no son exclusivos de la superficie de la Tierra, también afectan - y mucho- a los océanos. Aunque lo hagan de forma diferente.
Las cuatro estaciones marcan diferencias notables también en el fondo marino. Minerva Piquero nos cuenta con ayuda de la tecnología de realidad virtual cómo afectan al paraíso de todos los animales que viven en el fondo del océano.
Los cambios de temperatura en el mar suelen ser mucho más lentos que en tierra firme. Las grandes diferencias térmicas entre las capas de agua dan lugar a una estratificación que limita que se mezclen entre ellas.
Por eso, durante el invierno y el verano esta estratificación, es más marcada. Esto provoca que los nutrientes queden atrapados en el fondo marino. Sin embargo, cuando llega la primavera o el otoño se produce un cambio significativo de temperatura. Debido a esto, las aguas comienzan a mezclarse entre ellas nuevamente.
Este proceso conocido como circulación vertical, trae consigo la remoción de los nutrientes retenidos en el fondo y su ascenso hacia la superficie.
Con la ayuda del sol de la luz solar estos nutrientes van fertilizando las aguas superficiales y promueven la proliferación del fitoplancton, esa comunidad de pequeños microorganismos fotosintéticos que constituyen la base de la cadena alimentaria marina.
La primavera desencadena de esta forma un florecimiento vital también en los ecosistemas oceánicos, proporcionando el alimento necesario para la subsistencia de numerosas especies marinas desde pequeños pececitos... hasta gigantes ballenas