Ser pastor, además de un oficio, es un estilo de vida. Un equipo de 'Disfruta Madrid' ha acudido a conocer a Rafael, el último pastor de Orusco de Tajuña.
Nos recibe con su burrita Chata "la tenía antes para el ganado y ahora pues la tengo ya de capricho". Rafa ha sido pastor desde que tenía aproximadamente 11 años.
Ser pastor implica toda la semana atendiendo a los numerosos animales a su cargo, "aquí no hay fiesta" afirma "tú te levantas por la mañana y ya sabes que al campo".
Ahora cuida de las cabras municipales, pero dejó el pastoreo porque un día le dio un infarto trabajando "por la noche me desperté y no estaba conmigo nada más que los perros".
Aún así afirma que el pastoreo es su vida "si fuera joven estaba todo el día", y que echa mucho de menos a sus ovejas "me ponía a llorar en la puerta a la hora de soltarlas".