El Valladolid (0-2) sacó provecho del desconcierto de un Leganés huérfano de buenas noticias, que va perdiendo piezas de su traje de favorito al ascenso cada jornada que pasa mientras se acrecienta su preocupación.
Consciente de que los tres puntos eran vitales para salir de la zona baja y aplacar la insatisfacción de una grada descontenta, salió el anfitrión voluntarioso. Pero de poco sirve intentarlo si el acierto brilla por su ausencia.