El tablao flamenco Villa Rosa es una Catedral del arte flamenco. Abrió en 1911. Como el flamenquito estaba tirando a mal visto, Pajares puso en la planta baja unos reservados para que los famosetes disfrutaran de los espectáculos sin ser
vistos. Un asiduo al reservado era Alfonso XIII, que, dicen, tenía un pasadizo subterráneo que unía el Palacio Real con el Tablao. Cucha, qué salao, el tío. También venía el general Primo de Rivera, el dictador con alguna mozuela para
aliviarse de las tensiones de pasarse el día “dictando”.
Miguel de Molina empezó trabajando aquí de “salvacarteras”, una especie de segurata. Un día, durante su descanso, se puso a cantar. El jefe lo escuchó y lo contrató para que cantara y durante la Movida, el Villa Rosa se puso de moda. Pedro Almodóvar inmortalizó a Miguel Bosé en sus Tacones Lejanos. Es pasado y es presente. No os lo perdáis.