Javier Leralta, autor de “La Trastienda de Madrid”, nos cuenta la historia de a Cervecería Alemana, situada en la Plaza de Santa Ana. Abrió allá por 1904, cuando un grupo de industriales alemanes decidieron abrir un local para beber cerveza, en la mejor tradición de su país. Desde entonces mantiene, prácticamente, la misma decoración.
En 1924, un asturiano llamado Ramón González compró La Alemana y, desde entonces, continúa en manos de su familia. Valle-Inclán venía a jugar al mus y no permitía que nadie le interrumpiese mientras jugaba. Víctor de la Serna, Jardiel Poncela, Benavente, Azaña o Primo de Rivera también se dejaron caer por aquí para beber cerveza. Sin ningún género de dudas, la clienta más hermosa que ha tenido este lugar es la actriz Ava Gardner. Ernest Hemingway venía a la hora del aperitivo. Ramón y Cajal, ¡venía aquí a leer tebeos! En los años 60 no se dejaba entrar a hippies. Hoy puede entrar todo el mundo. ¡Adelante!