¿Qué sería de una cerveza o un vermut sin unas patatas fritas?
REDACCIÓN
La patata es un producto imprescindible en la mayoría de cocinas de todo el mundo. A ella se le atribuye muchas salvaciones durante hambrunas surgidas de la posguerra, llegaron de América para quedarse. Nuestra cocina sería muy pobre sin este tubérculo, ¿pulpo a la gallega sin patata? ¿Tortilla de patata sin patata? ¿Patatas a la riojana sin patata? y así un sinfín de platos pero el principal, ¿qué sería de una cerveza o un vermut sin unas patatas fritas?
Las patatas bravas de Docamar
Calle de Alcalá, 337 Madrid
Docamar es uno de esos bares de toda la vida que se ha hecho famoso entre otras cosas por sus patatas bravas. Las patatas están buenas, bien fritas en aceite limpio, pero lo mejor es la salsa. Su fama es tal que la venden en botellas para llevar a casa.
Las Bravas
Álvarez Gato, 3
El mítico callejón del Gato es hogar de esta casa desde 1960. Ofrecen otras raciones de tapas clásicas de ayer y hoy, pero su especialidad son las bravas y la salsa casera.
Los Chicos
Guzman el Bueno, 33
Unas patatas justo en su punto, tan sabrosa como blandita por dentro, al igual que crujiente por fuera. Además, en este local con más de 70 años a sus espaldas.
El Palentino
Pez, 8
De los más antiguos y ahora más nuevo: El Palentino ya es un hito en la historia de Madrid. A pesar de que las bravas no estuviesen en su carta anterior por carecer de freidora, ahora es uno de los platos castizos por los que el local apuesta. Una contundente ración mixta que además de llevar aliloli sirven con una salsa picante.