Las revisiones de estudios hechos en el pasado han determinado que la vacuna contra la gripe tiene una eficacia de entre 50% y 60% en los adultos sanos, aunque, en ocasiones, puede ser menos eficaz.
Ahora bien, ¿cómo se mide esa eficacia? Tal y como apunta el profesor de virología y microbiología Estanislao Nistal, “la vacuna frente a la gripe es muy eficaz evitando enfermedad severa y riesgo de muerte entre un 70% y un 85%. No es tan eficaz para impedir la infección.
De todas formas, continua el profesor Nistal, “aunque la vacuna no se ajuste exactamente a los virus que finalmente circulen, puede producirse una “protección cruzada” que hace que la vacuna siga siendo efectiva en la prevención”.
Además de las vacunas inyectadas también se dispone de otras intranasales que actúan en el lugar de origen de la infección, nariz y garganta, pero que su protección frente al virus es por tiempo más limitado.