Desde 2018 el Ministerio de Sanidad incluyó por primera vez las adicciones a las nuevas tecnologías en el Plan Nacional de Adicciones. Jóvenes y adolescentes representan el principal grupo de riesgo, aunque no debe confundirse el uso inadecuado con una adicción.
Como explica en Fórmula Salud Fernando Miralles, profesor de Psicología en la facultad de Medicina de la universidad CEU San Pablo, “hablamos de adicción cuando se genera la dependencia de una persona hacia algo, una sustancia o un comportamiento que supone un perjuicio para sí mismo o para su entorno”.
Cuando el sujeto que lo sufre es un menor, se disparan todas las alarmas. “Para los más pequeños –apunta el profesor de Psicología Fernando Miralles- disponer desde muy temprano de un teléfono móvil es acceder a todo un mundo aparte del real donde se interactúa sin control y eso genera desordenes de comportamiento difíciles de gestionar si no es con ayuda profesional y, en nuestro país, faltan psicólogos y psiquiatras para atender toda la demanda”.