Algunas voces autorizadas señalan ya que la próxima pandemia será la de salud mental, un auténtico tsunami para el que esperemos estar preparados. En el último año, una de las variables que sin duda ha tenido un elevado impacto en el bienestar de organizaciones y personas ha sido la pandemia y la crisis económica de ella derivada. “La incertidumbre de ver a padres en precario, afectados por ERTES, con dificultades económicas –asegura Fernando Miralles, profesor de psicología de la facultad de Medicina de la universidad CEU San Pablo— ha hecho aumentar la ansiedad de los más jóvenes”. Y esa situación también se refleja en el ámbito laboral. Así, el 10% de las empresas reconoce que más de la mitad de sus trabajadores se han visto afectados por trastornos psicológicos (ansiedad, depresión, estrés postraumático) relacionados con la crisis sanitaria.