El segundo marido de Tita Cervera, Espartaco Santoni, tuvo varios problemas con la justicia que le llevaron a la cárcel y, por eso, su mujer hizo todo lo que pudo para dejarle en libertad.
A parte de vender gran parte de los muebles de su casa, utilizó su apellido de viuda, Barker, para protagonizar algunas películas.
A partir de este momento, Tita se convierte en el único soporte económico del matrimonio y, para ello, se desnuda tanto en el cine como para la conocida revista Interviú, que ofrecía en aquel momento grandes sumas de dinero a las famosas por sus posados.
Por su parte, la madre de Tita, se aleja cada vez más de su hija al darse cuenta de que está manteniendo a Espartaco y declara: “ese señor ha acabado con todo nuestro dinero”.