“Es maravilloso conocerle. Muchas gracias", se oyó decir a Obama, mientras que el papa se limitó a decir "Gracias", en la Sala del Tronetto, anexa a la Biblioteca Privada, donde se reunieron después.
El ruido de los flashes de los fotógrafos que cubrían el acto ha impedido oír las presentaciones entre ambos, pero se observó a un presidente Obama emocionado y sonriente, mientras que el papa guardaba un semblante más serio.
Ambos han posado unos instantes ante los fotógrafos y después pasaron a la Biblioteca privada, donde se sentaron uno frente al otro delante de un escritorio. Tras algunos minutos de conversación informal entre ambos, los fotógrafos, cámaras de televisión y periodistas abandonaron la sala y comenzó el coloquio privado, con la ayuda de intérpretes.
La reunión se ha mantenido durante 50 minutos, algo más de lo habitual en las recepciones del pontifice.
Tras su visita al Vaticano Obama almuerza con el jefe de Estado italiano, Giorgio Napolitano, y se entrevistará después con el presidente del Gobierno, Matteo Renzi.