Conocemos a Tamara, una madrileña que tiene todas las supersticiones posibles
“Yo creo que no hay ninguna cosa que no haga"
“No me gustan para nada los gatos negros. Me ponen muy nerviosa, me recuerdan a las películas de las brujas"
Foto: Archivo |Vídeo: Telemadrid
Redacción
Seguro que tienes a alguien en tu entorno que evitar pasar por debajo de una escalera o no quiere cruzarse bajo ningún concepto con un gato negro, pero este jueves en ‘Juntos’ hemos hablado con Tamara, que no es que tenga alguna superstición, es que las tiene toda.
Tamara Morales es de Madrid y asegura que es muy supersticiosa: “Yo creo que no hay ninguna cosa que no haga. Hay cosas que he heredado de mi padre y la mayoría de mi tía”.
Esta madrileña nos ha hecho una enumeración de todas sus manías y supersticiones:
“No me gustan para nada los gatos negros. Me ponen muy nerviosa, me recuerdan a las películas de las brujas y me dan sensación de terror. Por lo tanto, los evito y si los veo ya pienso que me va a pasar algo”.
“Jamás paso por debajo de una escalera. Hay veces que, si la acera está ocupada con una obra, me voy a la carretera aunque me cueste la vida”.
“Siempre he llevado una mano de Fátima para evitar el mal de ojo. La perdí y como no me lo puedo comprar porque te la tienen que regalar, me la tatué”.
Con los tatuajes también tiene sus problemas. “No me puedo hacer tatuajes impares, tienen que ser de dos en dos porque he oído que, si te haces uno, tres… dan mala suerte. Así que cada vez que voy me hago dos”.
Tiene agua bendita en su casa. “Me la trajo mi tía y siempre tengo. Le echo gotitas a las camas, sobre todo en las de mis hijos para que no tengan pesadillas”.
“Si se abren los paraguas en casa o en cualquier interior, ya tengo yo la sensación de la mala suerte encima de mí”.
Con el número 13, sin embargo, es a la inversa. “Creo que es buen número, pero con el 13 al final también soy supersticiosa. No puede faltar ese número en la lotería de Navidad”.
“Los cumpleaños tengo que celebrarlos el mismo día., antes o después da mala suerte. La vida hay que celebrarla el mismo día”.
“Llevo piedras de energía en la mochila. Me las regaló una amiga y creo que me dan suerte”.
“Me santiguo cuando paso por un cementerio y cuando voy a ir de viaje para que salga todo bien. Esto es una manía que tengo de mi padre. Siempre le veía hacer es y a mí se me quedó. Si no lo hago, siento que me falta algo”.
“Cruzo los dedos ante una situación en la que necesite suerte. También toco madera para evitar mala suerte”.
“Cuando veo una estrella fugaz, tengo el convencimiento de que si pido un deseo se cumple”.
“La estrella de la Navidad en mi casa solamente la pueden poner los chicos. Ni mis hijas ni yo las tocamos”.
“Si se rompe un espejo echo sal corriendo para evitar los siete años de mala suerte”.
Y, para terminar, Tamara nunca barre por la noche porque considera que así levanta toda la suciedad que se ha acumulado durante el resto del día y es malo a la hora de dormir.