En las noches de excesivo calor el descanso no es el mismo, y eso el cuerpo lo nota. Las calles guardan el calor del día y por las noches las temperaturas no bajan lo suficiente como para refrescar el interior de las viviendas.
El truco para mejorar la calidad del sueño está en bajar la persiana a la mitad durante todo el día, así el interior del hogar no absorbe todo el calor que hay fuera en las horas de más extremas.
Es recomendable darse una ducha antes de meterse a la cama. Eso sí, la temperatura del agua debe ser templada, ya que ducharse con agua muy fría en estas olas de calor hacen que el impacto después sea mayor.
Los expertos también indican dormir con ventilador mejor que con aire acondicionado. Además, si es de los que giran mejor, así se evita que el aire dé directamente mientras uno duerme.
José Luis Vidal