Descubren una bacteria en el Ártico que 'se come' al metano
REDACCIÓN
En la sección que cada semana nos trae Mario Picazo desde Los Ángeles, hoy nos ha dado una buena noticia: investigadores científicos han descubierto una bacteria 'amiga' en el Ártico que es capaz de 'comerse' al metano, uno de los gases que más influyen en el calentamiento global al aumentar el efecto invernadero. Un gran hallazgo que nos hace ser algo más positivos para seguir luchando contra el cambio climático.
Predicciones 'menos exactas' por culpa del coronavirus
Mario Picazo también nos ha contado algo muy curioso. ¿Qué tendrán que ver los aviones con el coronavirus y las predicciones meteorológicas? Pues todo está relacionado.
Durante la pandemia se han reducido de forma drástica los vuelos y precisamente los aviones son una fantástica herramienta de análisis del comportamiento climático y atmosférico para los meteorólogos. De ahí, nos ha contado Mario Picazo, que ahora, con menos vuelos, las predicciones pueden ser un poco 'menos exactas'.
El verano, de todas formas, es una estación 'sencilla' para los meteorólogos. Y para otoño, ya esperan que los vuelos internacionales se hayan recuperado y los meteorólogos puedan volver a usar los aviones como 'espías' de cómo cambia el tiempo.
¿Habrá nuevos brotes de covid-19 en otoño?
Se ha hablado mucho sobre cómo puede influir el tiempo en la propagación del coronavirus. De hecho, un reciente estudio del Instituto Americano de Física ha demostrado la relación entre la temperatura, la humedad y la materia de la superficie con la propagación más o menos rápida de la pandemia.
Efectivamente, el calor seco es capaz de frenar antes al virus mientras que en lugares húmedos y más frescos, el virus permanece por más tiempo en las superficies.
La pregunta por lo tanto es: ¿habrá rebrotes del virus si tenemos en cuenta estos datos? Está claro que el otoño es más propicio a la expansión de los virus y que nosotros tenemos las defensas más bajas. Pero sin embargo, conocemos mejor esta enfermedad y sabemos cómo protegernos frente a ella. El brote, por lo tanto, se puede dar, pero lo más seguro es que no sea tan grave como el que acabamos de vivir.