La Fiscalía de Madrid pide 226 años de cárcel para un hombre acusado de matar a cuatro personas y herir a varias más, atropellándolas de forma intencionada con su coche tras una discusión en una boda que se celebraba en un restaurante de las afueras de Madrid.
El Ministerio Publico imputa al conductor, Micael D.S.M., conocido como El Portugués, cuatro delitos de asesinato consumado (25 por cada uno) y nueve delitos de intento de asesinato (14 por cada uno), al considerar probado que tras un altercado causó los atropellos "con total voluntad de causarles la muerte o asumiendo la posibilidad de que ello sucediera".
En enero pasado la jueza que investiga el atropello propuso juzgar al acusado, mediante tribunal de jurado, por cuatro asesinatos y diez tentativas de asesinato, tras recabar testimonios y recibir un informe de la Policía Municipal de Madrid en el que apunta que el atropello en las afueras del restaurante El Rancho fue intencionado, en contra de lo que aseguró el conductor.
Previamente, la magistrada archivó la causa para dos sobrinos del acusado principal, al determinar que no son responsables de los hechos a pesar de que acompañaban al acusado en el coche y después huyeron durante un tiempo.
La Fiscalía ha informado este miércoles del escrito de acusación de cara al futuro juicio con jurado, aún sin fecha, en el que relata que en la madrugada del 6 de noviembre de 2022 Micael D.S.M., de 35 años, acudió a la celebración de una boda entre familias gitanas en el restaurante El Rancho de la localidad madrileña de Torrejón de Ardoz en compañía de dos hijos suyos menores de edad y de dos sobrinos.
Durante la celebración, uno de estos menores protagonizó un incidente con alguno de los invitados, por lo que se le indicó que abandonara el lugar junto con las personas que le acompañaban, prosigue el escrito de la Fiscalía.
Fue entonces cuando el acusado se enfrentó a varios invitados, antes de dirigirse a su coche, aparcado en la puerta, junto a sus hijos y sus sobrinos.
Tras ponerse al volante aceleró el motor "a sabiendas de la presencia de las personas allí congregadas con motivo de los hechos y con total voluntad de causarles la muerte o asumiendo la posibilidad de que ello sucediera" y "sin darles oportunidad de apartarse".
Así ocasionó la muerte a cuatro personas: una mujer de 66 años y tres hombres de 68, 37 y 17 años. Además, causó heridas a otras nueve personas, una de las cuales trató de que parase el coche cuando se daba a la fuga, sin lograrlo.
El vehículo del acusado carecía de seguro de responsabilidad civil en esa fecha.
El coche, un Toyota Corolla de color gris, huyó hacia la A-4 (autovía de Andalucía) pero, gracias al aviso dado por la Policía Nacional a sus unidades y a la Guardia Civil, fue interceptado y detenido por agentes de este Cuerpo en la localidad toledana de Seseña, en el barrio de El Quiñón.
Inicialmente el acusado (enviado por la jueza a prisión provisional donde permanece) no declaró, pero luego en el juzgado dijo que él solo trataba de huir porque le querían agredir varias personas que le seguían, que tocó el claxon y que aceleró al oír disparos.