Uno de los momentos más complejos del año es la vuelta de las vacaciones. Una de las acciones para esto es no coger vacaciones como hacen algunos de los colaboradores de Juntos. Pero si este no es el caso, tenemos que tener claro que este síndrome no se trata de una patología sino de un "trastorno adaptativo".
Algunos de los síntomas más comunes radican en: bajo estado de ánimo, apatía, ansiedad, falta de energía, sensación de hastío y percepción de no ser capaz de adaptarse de nuevo al entorno laboral.
Todo esto propicia que disminuya considerablemente la calidad de vida y el rendimiento de los afectados, aunque no suele durar más de 2 ó 3 de semanas.
Hay algunos casos donde se requiere ayuda profesional porque los cambios de humor, las depresiones y las taquicardias son a altos niveles.