La Organización Interprofesional del Aceite de Oliva se ha propuesto que el ‘oro líquido’ no falte en ninguna cocina española. Hablamos con su directora, Teresa Pérez, quien reivindica el liderazgo de nuestro país.
El aceite de oliva que se comercializa en España se agrupa en tres categorías:
- Aceite de oliva, una mezcla de aceite refinado y aceite de oliva virgen, indicado para cocinar a altas temperaturas o para conservar alimentos.
- Aceite de oliva virgen, es 100% fruto de aceituna y debemos emplearlo principalmente para emulsionar salsas como la mahonesa.
- Aceite de oliva virgen extra, también 100% fruto, pero en categoría superior, para usar en crudo, tanto en frío como en caliente.
Más allá de sus categorías, el aceite de oliva adquiere un carácter único gracias a sus variedades y la singularidad del terreno. Picual, arbequina, hojiblanca, cornicabra… así hasta más de 200 variedades que aportan diferentes aromas al aceite.
Con el aceite de oliva no solo tenemos un aliado para cocinar sino también para nuestra salud. Una de las principales propiedades del aceite de oliva es que regula el nivel de colesterol e incluso lo reduce reducirlo. Tiene un efecto saciante, así como propiedades hidratantes y antioxidantes.
Además, todos los aceites de oliva protegen de la oxidación a cualquier alimento: quesos, conservas, embutidos…