En los últimos años no han parado de proliferar las ferias y establecimientos de ropa usada, lugares donde encontrar auténticas joyas para nuestro ropero, sin dejarse el sueldo.
Si existe un lugar en Madrid identificado con la ropa vintage, ése es Malasaña. El barrio concentra el mayor número de tiendas de ropa de segunda mano en la capital. Recorremos algunas de ellas de la mano de sus propietarios.
Arancha Martínez Tejedor dirige ‘Williamsburg’ (Velarde,4), una tienda que cuenta hasta con estrellas de Hollywood entre su clientela. Sarah Jessica Parker apareció un buen día, nos preguntó por vestidos y se quedó con uno que le encantó… De ahí a la alfombra roja, ¡me quedé alucinada!”, nos cuenta Arancha que destaca la naturalidad de la actriz.
“Es una moda muy en auge por el tema de la sostenibilidad. Hay mucha gente que se está animando”, asegura Arancha.
En el número 8 de la Corredera Baja de San Pablo, Cristina Ortega recopila piezas únicas, elegidas una a una, en ‘Amores eternos’. Esta coleccionista recorre el mundo para escoger las prendas que le interesan, tanto para vender en la tienda, como para alquilar a producciones de cine y televisión.
“En la tienda están clasificadas por décadas, desde los años 40. Todas están datadas y pongo su origen. Son prendas que merecen ser queridas para siempre”, dice Cristina.
Esta buscadora de tesoros, no solo recorre todo el mundo en busca del lugar perfecto para sus piezas. También se pone en contacto con comercios que han cerrado para adquirir prendas que le interesan.
Unas de sus últimas adquisiciones viene de una fábrica de Cataluña que cesó su actividad y fueron utilizadas en la película de Pedro Almodóvar ‘Dolor y Gloria’.
Javier Curiel amplía negocio. A ‘Magpie’, su tienda de Malasaña, une ahora ‘Happy vintage’ en el barrio de Carabanchel: “En España, la ropa vintage está viviendo un auge increíble, va integrada a nuestra forma de vivir”, asegura Javier, que se ha especializado en prendas de la década de los 90.
“Siempre estamos escuchando a los clientes y atentos a lo que demandan los influencers, también en otras zonas de Madrid, por eso abrimos en Carabanchel y ¡se petó la tienda!”, asegura.
“Hace años había personas que tenían reticencias con la ropa usada, pero ahora ya no, porque además están perfectamente restauradas y limpias”, explica Javier.